Gaudí reinventó la arquitectura partiendo de formas geométricas nuevas y a la vez antiquísimas: las de la propia naturaleza. Esto se refleja en el uso de piedras de construcción curvadas, esculturas de hierro retorcidas, y formas orgánicas que son trazas de la arquitectura de Gaudi en Barcelona.

La Pedrera es quizás el edificio que mejor sintetiza todos los elementos arquitectónicos de Gaudí. Y su proyecto más polémico y criticado en su época (1910) como edificio desnudo de ornamentación, en contraste con las fachadas eclécticas del resto del paseo de Gracia.

Toda su fachada se realizó en piedra natural, salvo la parte superior que fue cubierta de azulejos blancos. La parte inferior de la fachada se construyó con piedra del macizo del Garraf y la superior, con piedra calcárea de Vilafranca del Penedès, completamente labrada para conseguir una textura mate.  

En 1986 Caixa Catalunya adquirió el edificio e inició su restauración y rehabilitación, que se prolongó durante diez años. En 1996 se abrió al público como centro cultural, convirtiéndose rápidamente en uno de los espacios culturales de referencia en la ciudad de Barcelona.